¿Por qué me preocupo tanto por todo?

Hola , cómo te encuentras??, hoy me gustaría hablarte de un tema que nos afecta a muchas personas.

¡Que levante la mano quien no se preocupe alguna vez! Todo el mundo se preocupa de vez en cuando, es inevitable, es un proceso que llevamos a cabo casi de manera automática.

Sí, la preocupación constante por todo, es como un lastre que te impide avanzar, tiene su origen en algo que has aprendido , que te han inculcado desde la infancia tus padres, profesores, la sociedad en general…pero nada útil..porque te hace preso de algo que no existe realmente…te hace preso del miedo y la inseguridad.

¿Preocuparse puede ser positivo?

Para gestionar adecuadamente tus preocupaciones y no sucumbir a ellas, hay que entender su función. Las preocupaciones tienen una misión concreta, nos activan y centran nuestra atención sobre algo que es de nuestro interés.

La preocupación es útil cuando:

• Te avisa de un peligro o un obstáculo, y te permite adelantarte o tomar medidas al respecto..

• Te ayuda a actuar.

• En general, las preocupaciones suelen ser positivas y útiles cuando te preparan para la acción, cuando responden a “¿qué puedo hacer para conseguir…?” y cuando al ocuparte o actuar desaparecen por sí solas

Primero me preocupo, después me ocupo y por último me desconecto.

¿Cuándo es negativo preocuparse?

Las preocupaciones empiezan a perder su función positiva cuando se apoderan de ti, te invaden continuamente, empiezan a ocupar la mayor parte de tu tiempo, sientes que no puedes controlarlas ni detenerlas, o se manifiestan con tal intensidad y frecuencia que te llevan a un estado de alerta o angustia permanente.

¿Cómo identificar que son improductivas?

• No te dejan atender otros aspectos de tu vida (leer un libro, enterarte de una película, seguir una conversación, rendir adecuadamente, etc.)

• Son el primer y último pensamiento del día, y se cuelan de forma brusca y persistente a lo largo del día.

• Llegas a somatizar, reflejando dolencias en tu cuerpo que no responden a alteraciones físicas, sino a tu estado psicológico: contracturas, diarrea, mareos, taquicardia, problemas de estómago, migrañas, etc.

• Son tan intensas que te paralizan

• Por eso párate un momento a analizar la situación con perspectiva, con objetividad, las preocupaciones que son innecesarias te agotan mentalmente, te hacen perder un tiempo precioso y te desgastan el alma.

Te propongo cuatro reglas para analizar cuando las preocupaciones son tóxicas:

• Contenido de la preocupación Poco importante. Para discriminarlas de las significativas, pregúntate ¿qué pensarás dentro de un mes, un año o cinco años de este problema?, ¿lo seguirás considerando relevante?, ¿comparado con otras experiencias duras que has vivido qué importancia tiene?

• Inciertas.

• Improbable. Preocuparse por cosas que son francamente improbables es invertir un esfuerzo y un tiempo en algo que sólo existe en nuestra mente. Las predicciones catastrofistas e improbables sólo sirven para restarnos energía y alejarnos de nuestra realidad presente.

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Incontrolables

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Cuando tengas alguna preocupación, pásale el test de estos cuatro puntos de utilidad. Si no es muy importante, urgente, concreta, probable o controlable (depende de ti), has de saber que tu preocupación es improductiva.

Las preocupaciones innecesarias paralizan y estancan tu presente y tu futuro, debes afrontar la incertidumbre del hoy para avanzar en el mañana..plantéate este reto y veras que cambia tu punto de vista.